Te vi los ojos en la ruta a la noche,
eran dos faros de camión con una luz negra en el costado
y mi corazón también era luz negra,
sonreías quizá, te vi de cerca...
no me asustas, te comprendo,
no te miro con desprecio, me preocupas
no me quitas el sueño,
no te odio ni me quiero vengar.
Te vi los ojos de cerca,
¿tuviste ganas de besarme?
o quizás de asestarme un golpe como aquellos
esos que te he visto dar,
no te había visto la cara aún
pero te vi las manos y lo que hacen
te vi golpear terrible, empezar por los pies
y un mes fue suficiente pero eterno.
Vi también tus ardides para enamorar
y un par de almas cercanas te besaron al final
El beso que condena, el beso final...
Te vi brillar la mirada,
te ví reir en los ojos del miedo
del que tenía el volante,
te oí en el chiste para pasar los nervios
advierto tu olor a noche, te conozco
¿querés hacerte ver? ¿que te sepa cercana?
¿por eso abrazás un par de viejos vecinos?,
¿por eso rondaste la madre alguna vez?
...estoy aquí, ni temo ni espero, sólo te miro
pasando cerca con curiosidad
desde la profunda oscuridad del campo
desde la serpiente vulgar y luminosa de la ruta
sólo espero, la cercanía del extaño 46
y su obstinada presencia en cada rincón inesperado
la cifra que me circunda ¿es tu señal? ¿es la mía?
te vi los ojos en la ruta enceguecida
como ninguna de tantas rutas
de tantos años
ahí estás siempre esperando
con tus ojos de faro de camión adormecido
y la negra luz del corazón
en un costado.
"no perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desantenta...." Miguel Hernándezyo sí Miguel, yo sí.
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