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Monta

 Hoy se fue Don Osvaldo Corrientes a pasos del Alvear una historia larga desde mi niñez la León de Oro, la Río Segundo la piza y el maní el olor del tabaco y de los naipes el destiempo de la madrugada las madrugadas... tantas madrugadas hoy como dijo sabiamente Julio alguna vez se me ha muerto un poco algo un rincón que tengo adentro un rincón llenos de cosas Hoy me duele la memoria. Habrá un brindis en casa, milas con savora y cerveza. Buen viaje don Osvaldo!

Marcelino

silbando en la bici
silbando, cantando y puteando
entre maderas, martillos y serruchos
el chófer irreemplazable
el piloto sin jamás un auto propio
el marinero
el enfermero
el que arreglaba todo
el de los milagros de madera
el de la pesca
las boyas de Alumni
el compañero de la infancia
el del único chirlo una vez
que fue una nube, un zarpazo suave
y dije: con esa mano tan grande
y no duele!
el de las carreras, el fútbol, el básquet...
y aquí, esto que queda
nada de eso, guitarra, palabras
mística de contrapelo...
no importó nada,
un día me trajiste una guitarra
aprendí
y la guardé un par de años
a los años volví y te dije: música
y saqué la guitarra
y dijiste bueno...
y yo digo gracias desde entonces.
 
 a Marcelino Luis Martini, mi padre,
que quizá nunca supo qué me enseñó, 
y yo lo voy descubriendo en cada paso hacia el final.

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